“Saber cómo” y “saber qué” son expresiones que poco tienen que ver, y no solo quiero entrar en lo que esto significa en cuanto a su diferencia se refiere, sino que quiero realzar el valor educativo que en la educación física se obsequia con este término.
Existes dos tipos de casos en el “saber cómo”. La persona que
es capaz de realizar la tarea correctamente sin saber expresar cómo lo ha
efectuado. Y la persona que, realizando la tarea correctamente, también sabe por
qué y es capaz de darle una razón descriptiva a la tarea propiamente dicha.
Ejemplo
de esto, pongo la situación de un juego de posesión en una clase de educación
física que se están iniciando en los juegos de invasión, en la cual un alumno
ha realizado un desmarque por sí solo sin que nadie antes se lo explicase. El
alumno que sepa decir cómo lo ha hecho y el por qué es el alumno que dejará
evidencia de su aprendizaje.
El “saber cómo” pues, no significa solo que de sepa reslizar la tarea en concreto, sino que se sabe identificar y decir cómo y porqué se ha hecho.
En cuando al campo de deporte se refiere, la destreza de una actividad solo ayudará al resto cuado se base en fundamentos tácticos y técnicos que vengan dados por este "saber cómo" de forma previa.
El "saber cómo" se preocupa de la práctica, la acción y el hacer algo de un modo intencionado respecto al "saber qué".
Todo esto deriva en un claro sentido educativo. La educación se relaciona con los conocimientos y el desarrollo de la racionalidad: teórica y práctica.
Las “actividades físicas” deberían formar una parte necesaria de la materia sobre la que hay
que educar.
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